Fundamentos de la Educación a Distancia

En la actualidad, el tiempo juega un papel importante en el quehacer cotidiano, las responsabilidades diarias ocupan la mayor parte de nuestro tiempo, lo que limita en algunos casos el poder realizar una carrera universitaria a través de estudios convencionales, entendiéndose esto como asistir a un aula de clases regularmente, es aquí donde nace la Educación a Distancia (EaD), quedando plasmado por Moore (1972):

La enseñanza a distancia es el tipo de método de instrucción en que las conductas docentes acontecen aparte de las discentes, de tal manera que la comunicación entre el profesor y el alumno pueda realizarse mediante textos impresos, por medios electrónicos, mecánicos, o por otras técnicas.


Para entender un poco más lo que es la EaD, adentrémonos en los orígenes de la misma. Para algunos autores, en especial Hölmberg, se remontan a las tempranas civilizaciones sumerias y egipcias, donde había cartas instructivas que servían de intercambio entre sacerdotes y doctores seglares. Otros, consideran que el origen de la misma está en las cartas científicas de Eratóstenes y Arquímedes, entre otros, que servían de  vehículo de divulgación de sus enseñanzas, claro, de manera informal. Sin embargo, para el año 1833 en un periódico sueco, se invitaba a la gente a estudiar por correo, y es hasta 7 años después que en Inglaterra, Isaac Pitman, ya de manera formal, empieza a enseñar taquigrafía por correspondencia. Fue así que se crea la "Home Study Association" (Asociación para el Estudio en el Hogar) destinadas a la enseñanza general de adultos. Esto se fue ampliando y extendiendo por numerosos países, donde se ofrecía la posibilidad de aprender sin necesidad de moverse del propio domicilio.
Como se puede apreciar, esta modalidad no es nueva, aunque sí podemos afirmar que en las dos últimas décadas, es cuando ha hecho sus máximos desarrollos conceptuales y de aplicación. Desde luego, estos desarrollos han sido muy disimiles en los diferentes continentes y países (UNESCO, 1993). Esto se debe principalmente a la falta de una teoría que sostenga dicha modalidad de estudio. Sin embargo, existen algunas teorías que permiten sustentar la EaD y estas se pueden clasificar en tres categorías:
1.- Teorías de Autonomía e Independencia, cuyas contribuciones proceden de los últimos años de la década del sesenta y comienzos de los Setenta, siendo sus principales representantes Delling (Alemania); Wedemeyer (USA) y Moore (USA).
2.- Teoría de la Industrialización, se basa en los estudios comparativos entre la década de los 60 y las formulaciones teóricas de los primeros años de los setenta; realizado por O. Peters de Alemania.
3.- Teorías de Comunicación e Interacción. Entre los exponentes de estas teorías se encuentran Baath con el concepto de Comunicación de dos vías, Holmberg con la Conversación Didáctica Guiada y Daniel con la Interacción e Independencia.
Ahora bien, cada una de las teorías aporta diferentes ventajas para realizar estudios a distancia.
La primera considera la EaD como una actividad sistemática, que donde la escogencia, preparación y presentación de los materiales instruccionales, así como la interacción entre el profesor y el estudiante, logran un mejor aprendizaje, aunado al medio técnico apropiado que permita la comunicación entre ellos.
La segunda, se basa en un sistema industrializado, donde la instrucción está disponible de tal manera que el estudiante escoge su propia pauta de tiempo, lugar y personas para interactuar. Esto conlleva a que la responsabilidad recae sobre el estudiante, que no son típicas de los sistemas educativos pre-industrializados.
En la tercera, la relación personal entre el que aprende y el que enseña promueve motivación y placer por el estudio. Dicha estimulación se apoya en la calidad de los materiales auto-instruccionales, favoreciendo  el logro de los objetivos y el uso de métodos de estudio apropiados; el feedback entre las partes facilitan la comprensión de las actividades y es más fácil de recordarlas; la planificación y orientación del trabajo son necesarios para organizar los estudio y el uso de medios contribuyen al logro de las metas planteadas.
Partiendo de lo antes expuesto, se pudiera tomar diferentes características de cada una de las teorías, y generar, porque no, una nueva teoría ecléctica  de la EaD , sin embargo, de la experiencia vivida hasta la fecha en la UNA, se puede considerar que la Teoría de Comunicación e Interacción es la más acorde, en lo que se refiere a EaD, dado que se cumplen las características previamente expuestas de dicha teoría.
Así mismo, los materiales elaborados son claros, con lenguaje adecuado a los estudiantes y con moderada densidad de información; las sugerencias permiten al estudiante saber qué hacer, qué evitar, y a qué prestarle especial atención; invitan a un constante intercambio de puntos de vista, al cuestionamientos de lo que se debe aceptar y de lo que se debe rechazar; promueve en el estudiante el interés personal en la materia y sus problemas; entre otros.
Queda claro que esta teoría brinda las herramientas para que el estudiante genere su aprendizaje, pero el tutor juega un papel importante dentro de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, ya que estos dan las pautas y estimulan o incentivan a los estudiantes a lograr los objetivos planteados en las unidades de estudio, formulando preguntas que lleven a la reflexión, generando una realimentación entre ellos y, en el caso de esta especialización, con los pares (estudiante – estudiante). 
Es innegable que este modelo educativo en los tiempos actuales, es una posibilidad invaluable para optar por una carrera o postgrado universitario, donde el discente maneja su tiempo y ritmo de estudio, para el logro de sus objetivos personales y profesionales, aunado a todos los recursos tecnológicos que permiten que esto se pueda llevar a cabo, como es el Internet, los correos, los chats, las videollamadas o videoconferencias, entre otros, y las herramientas como la plataforma MOODLE, que facilitan el intercambio y donde todo lo anterior expuesto se lleva a la práctica, cumpliéndose de esta manera, que el estudiante realice una verdadera Educación a Distancia.

 REFERENCIAS:

García Aretio, L. (2001). La educación a Distancia. De la Teoría a la práctica.  Barcelona: Ariel. 
·           Capítulo 1: Bases conceptuales. pp. 11-42

Maya, A. (1993). La Educación a Distancia y función Tutorial. Edición Oficina Subregional de Educación de la UNESCO para Centroamérica y Panamá. San José, Costa Rica. pág. 149.

Stojanovic de Casas, L. (1994). Bases teóricas de la educación a distancia. Informe de Investigaciones Educativas. Universidad Nacional Abierta. III. (1 y 2), 11 a 45


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